Arte Neoclásico.

Como vimos en el artículo El Arte Neoclásico el arte es producto de su tiempo y el siglo XVIII fue un siglo convulso. La escultura Neoclásica nace en este siglo de políticas revueltas.

A mediados del siglo XVIII se empieza a notar el agotamiento del Barroco. La vida y el arte de los romanos se descubren en los hallazgos de Herculano y Pompeya. Por ello, el neoclasicismo quiere descubrir la Grecia y la Roma primitiva, por esto, buscan superar las formas suaves de dioses como Apolo o Venus; en consecuencia intentan rescatar su significado más profundo y provocar sentimientos positivos en el espectador.

Por lo tanto, es bajo estas ideas como hemos de ver el nacimiento del Neoclasicismo Escultórico: se caracterizó por el amor a las formas bellas y el gusto por el equilibrio; las obras terminarían contraponiéndose al Rococó.

En los últimos años del siglo XVIII, el arte Neoclásico se fue extendiendo por toda Europa. Así mismo, hay que señalar que de estos años: convulsos, renovadores e impulsivos; se adopta un arte que se encuentra limitado por la línea precisa, prudente, sin excesos y fría en apariencia, es decir, existía un deseo por recuperar la línea clara y simple; pero también coexiste un interés de los artistas de trabajar contra todos los huecos y sombras ficticias del Barroco.

Escultura Neoclásica

También, en la escultura existe el deseo de sosegar las formas, de eliminar los excesos del Barroco, retomar los modelos clásico y sobre todo griego.

Esta vuelta al arte clásico limita la expresividad de la figura, dando la impresión de artificiosidad y de ser demasiado correcta. Por tanto, la escultura Neoclásica no pretende dar ninguna sensación de energía o de movimiento; tan solo quiere ser escultura y que se vea, es decir, no quiere parecer otra cosa.

En la escultura Neoclásica predomina la expresión serena y sosegada sobre lo impetuoso. Los escultores intentan plasmar formas delicadas e ideales; existe una tendencia a destacar la forma y la línea para valorar el contorno y la belleza; eliminando los contrastes de claroscuro. De hecho, les interesó más la belleza estrictamente formal que la fuerza de la obra. Así, se les criticó por frialdad y por excesiva uniformidad.

La escultura Neoclásica se ajusta a los límites; no admite ninguna forma que no esté dentro de una línea determinada, ya que, nada se sale del plano; la línea perfecta marca la silueta de las esculturas. El Barroco niega los bordes impidiendo que la figura tenga una silueta determinada.

Canova - Monumento fúnebre de María Cristina de Austria 1798 - 1805

En el siglo XVIII aparecen las Academias de Arte, centros ilustrados que marcan las pautas que exigieron a la escultura un valor moralizante: reproducir la historia y las virtudes humanas. Los temas favoritos de los escultores neoclásicos fueron la mitología, el retrato y las alegorías de las virtudes patrióticas; así mismo, el desnudo tuvo un gran desarrollo pues con él se conseguía dotar a la escultura de un carácter atemporal independientemente del tema.

Antonio Canova

Antonio Canova (1781-1822), veneciano de origen y educado en las tradiciones tallistas de su región. Su padre fue cincelador y de él heredó el gusto por la talla. En un primer período tiene cierta influencia de Bernini pero evolucionó a un estilo propio. Muchos Historiadores del Arte le consideran el ejemplo del escultor Neoclásico.

Entre esos modelos ilustrados y las rupturas revolucionarias, Antonio Canova podía sintetizar las contradicciones de toda la época. Al principio se encontraba influido por el brillo del Barroco, admiraba el trabajo rápido y el ingenio del boceto impulsivo; posteriormente conociendo los trabajos y teorías de Winckelmann por la escultura griega, se produjo un cambio que le llevó a una escultura alejada de ideologías.

Sus obras súper pulidas están inspiradas en la antigüedad; persiguen la idealización de la naturaleza, intentan reflejar la perfección de la figura humana, corrigiendo cualquier imperfección. Realizó todo tipo de temas, pero su obra favorita la formó la escultura mitológica.

La familia de Napoleón se convirtió en el principal mecenas de las obras de Canova, destacan especialmente los retratos. Una de sus obras más importantes fue Paolina Borghese como Venus Victoriosa, convertida en icono atemporal, una de las pocas obras de Canova que no sufrió las críticas peyorativas de los teóricos de los siglos XIX y XX.

Paolina Borghese como Venus Victoriosa (1805-1808) hermana de Napoleón es retratada cuando tenía 25 años; además estaba casada con el príncipe italiano Camilo Borghese, por decisión de su hermano y conveniencia diplomática.

Canova planteó que fuera retratada como Diana, pero Paolina lo rechazó, ya que, quiere que la recuerden por su belleza, no por su castidad. Canova superó con la obra mitológica las dificultades morales de esculpirla desnuda: la belleza superior de Venus quedaba transportada a Paolina

El autor consigue una figura femenina donde Paolina es consciente de su propio poder de seducción. Paolina fue una mujer con mucho poder en la sociedad de su tiempo y Canova consigue reflejar esa seguridad sin alterarla por representarla desnuda. Tiene todo el aspecto de una soberana, de una triunfadora que no se agobia ni por seducir ni por complacer.

Paolina es completamente consciente de su desnudez; aunque Canova consiguió un aplomo casi casual en la disposición, las líneas de la figura dirigen nuestra mirada hasta la cara de Paolina; el soporte es importante, ya que, el mundo real y el artístico se unen.

Canova - Paolina Borghese como Venus Victoriosa 1805 - 1808

La figura se encuentra reclinada sobre una chaise longue, lo que da el aspecto de cama. Está inspirado en el clasicismo, ya que en Grecia y Roma era la forma habitual de sentarse en los banquetes, recostados de un lado. El arte Neoclásico evita la forma curva, los soportes se hacen verticales y la funcionalidad predomina sobre la obra. Canova entremezcla lo real y lo imaginario; Paolina forma parte de ese mundo imaginario de la mitología y la cama nos lleva al mundo real del siglo XVIII Neoclásico.

Con la obra de Paolina como Venus Victoriosa Canova quiso significar la celebración del triunfo de la familia Bonaparte.

Por Carmen Vaquero, Licenciada en Historia del Arte, Intérprete del Patrimonio.