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Sólido capaz

¿Qué es el Sólido Capaz?

En algunas ocasiones, situados delante de un edificio nos encontramos con aspectos inexplicables en los tímpanos, capiteles, ménsulas, relieves en fachadas, etc., casi siempre nos explican que es por el paso del tiempo, la erosión que han sufrido esas piezas expuestas a la intemperie, en definitiva, el deterioro de la piedra; esa es la explicación más fácil que nos pueden dar en una visita rápida, pero esa explicación no se corresponde con la realidad y no nos deja conocer el trabajo de los tallistas.

Voy a intentar explicar en este post un elemento muy interesante dentro del trabajo de los relieves arquitectónicos que nos permitirá descubrir ese aspecto tan desconocido del trabajo de los escultores dentro de los edificios que visitemos.

No sé si habéis oído alguna vez el término Sólido Capaz, son los salientes de piedra que se dejaban preparados en la construcción a la espera de que, una vez acabado el edificio, se subiesen los tallistas y los escultores a los andamios para darles forma. Pocas cosas hay más ilustrativas que comparar los sólidos capaces con los relieves tallados y terminados para conocer el trabajo de los escultores dentro de un edificio; antes de explicar estas piezas fundamentales en la obra he elegido la imagen de la fachada del Colegio San Bartolomé de Salamanca como ejemplo de un sólido capaz que permanece sin tocar en su fachada.

El relieve sobre la puerta se ha quedado sin tallar en un sólido capaz, se han dejado los bloques a la espera de que los escultores hicieran el relieve que se había previsto en el diseño inicial de la fachada.

Fachada del Colegio de San Bartolomé de Salamanca

Diferencias entre sólido capaz y obra inconclusa

Diferenciamos el sólido capaz de lo que es el recurso estilístico de la obra inacabada utilizado por algunos escultores para que el espectador recibiera una insinuación de cómo trabajaba sus obras, o para sorprender al espectador con las partes toscas del bloque en comparación con las partes pulidas sugiriendo cómo podía ser la obra terminada, este recurso fue utilizado por Auguste Rodin en sus mármoles; la diferencia con el sólido capaz es que este se ha quedado sin terminar por falta de presupuesto, por problemas técnicos, por muerte del autor o promotor…. Hay muchísimas razones por las que han quedado los sólidos capaces sin tallar.

Existe un aspecto importante a destacar en los relieves arquitectónicos y es si estos se tallan in situ o en el taller. Si vemos las obras de distintos periodos podemos decir que en las obras de la Edad Media se realizaban los dos métodos de trabajo, es decir, algunos relieves se tallaban en la propia obra y otras piezas se tallaban en el taller y luego se colocaban. Los tallistas tenían una mayor libertad a la hora de esculpir los relieves porque no existía un método de trabajo muy definido previamente y podían dar su toque final si así les parecía.

En la etapa del Renacimiento estaban más sujetos a un método de trabajo y a unas decisiones previas. El proyecto estaba definido desde el comienzo con todas sus imágenes artísticas. Desde el inicio de la obra estaba especificado qué relieve se esculpiría en cada capitel, en cada ménsula y en cada clave; con esto quiero decir que desde el principio de la obra se sabía qué tipo de tema se desarrollaría por todo el edificio y qué proporción y tamaño ocupaba cada uno de esos relieves. Se colocaba el sólido capaz en una dimensión mayor de lo que luego sería la escultura final. El sólido capaz sería tallado in situ devastando la piedra y llegando a conseguir un capitel vegetal, un capitel figurado, un medallón, …

Piezas previsibles e imprevisibles

En toda obra arquitectónica existen dos tipos de piezas: las previsibles y las imprevisibles.

Las piezas previsibles serán talladas antes de su colocación, estas piezas son todas las molduras de una columna o un pilar. La moldura es la parte que conforma la basa de un pilar o una columna, pudiendo tener un perfil curvo o rectilíneo. Estas piezas son previsibles pues siempre forman parte de la obra y son talladas en el taller o a pie de cantera para disminuir su peso en el transporte y eliminar material de escombro en la construcción antes de ser colocadas. Solo basta con que el maestro de obra prevea su forma y el número de molduras que necesita.

Las piezas imprevisibles son los relieves no prefijados en el proyecto: relieves vegetales, figurados o animales que se tallarán en los capiteles, medallones o claves del arco. Estos relieves siguiendo un programa se esculpían in situ, en su lugar definitivo.

Una circunstancia fundamental que determina la colocación del sólido capaz es el ritmo de trabajo del escultor que es mucho más lento que el de los albañiles y canteros, si el escultor tenía que labrar los relieves al mismo tiempo que el trabajo de construcción del edificio suponía que retardaría todo el trabajo de edificación de la obra, por esta razón se colocaban los sólidos capaces que serían tallados una vez terminado el trabajo de canteros y albañiles; esto explica la gran cantidad de molduras perfectamente acabadas y colocadas, mientras que las piedras que se convertirían en esculturas se encuentran sin labrar a la espera de que lleguen los tallistas para darles forma, por algún imprevisto se han quedado los sólidos capaces de forma permanente en la obra.

Un ejemplo que considero muy característico es el claustro de la Hospedería del Palacio de Anaya de Salamanca. Quizás lo hayamos visitado y no hemos dado importancia a lo que esta obra significa. En este claustro podemos comprobar todo lo explicado hasta ahora. Las molduras como elementos previsibles están labradas y colocadas mientras que los capiteles, claves de los arcos, enjutas, espacios entre los arcos, y los medallones en el piso inferior y el friso del piso superior de los lados sur y oeste se han quedado con los sólidos capaces.

Claustro de la hospedería del Palacio de Anaya o Colegio de San Bartolomé en Salamanca

Su valor documental es enorme, los del lateral norte y este están tallados completamente, en los otros dos laterales vemos que se ha reservado bastante material en aquellos relieves que van a ser más emergentes, para ir tallando posteriormente los elementos que definirán capiteles, frisos, medallones, …

Claustro de la hospedería del Palacio de Anaya o Colegio de San Bartolomé en Salamanca.

En este claustro también podemos ver sólidos capaces en algunas de las ménsulas interiores del claustro, algunas casi comenzada su talla y otras talladas completamente.

Ménsula en el claustro de la Hospedería del Palacio de Anaya o Colegio de San Bartolomé en Salamanca

Muchas piezas inconclusas dan siempre una sensación de derrota, pero los sólidos capaces que han llegado a nosotros tienen un valor documental, ya que nos dan una lección magistral de cómo era el proceso de tallado de los escultores en los relieves de los edificios e incluso en algunos casos podemos comprobar cuáles eran sus herramientas de trabajo en estas piezas inconclusas.

Por Carmen Vaquero, Licenciada en Historia del Arte, Intérprete del Patrimonio.