En el mundo del arte solemos catalogar y englobar las obras en unos movimientos artísticos determinados, como si todo lo demás que influye y rodea a esa obra y autor no fueran importantes. Con esto de importante me refiero a la fecha concreta, país, sociedad en la que vive su autor,...
He oído a muchos decir "no me interesa la fecha o su localización, dame sus características y ya comprendo todo lo demás", "vista una catedral vistas todas" o "los antiguos historiadores del arte analizan solo desde el aspecto formal". Yo, como Historiadora del Arte, quiero ir hoy mucho más allá de estos tópicos de turistas que se dejan guiar por esas pamplinas de diez minutos que le quitan importancia a la fecha o a su localización.
Quiero eliminar desde este post, sin resultar pretenciosa, un término que denomina un periodo determinado del Arte español, pero que desde hace mucho tiempo está desfasado y superado por las sucesivas investigaciones de los Historiadores del Arte y muchos los siguen utilizando como si estas investigaciones dentro de nuestra especialidad no existieran.
Desde estas líneas reivindico nuestra especialidad como una ciencia que tiene detrás una investigación exhaustiva, que aporta conocimiento y que de una vez por todas se eliminen esos términos mal utilizados una y otra vez.
El título de este post es Protorrenacimiento en España, con este término y en este post veremos como el término Plateresco utilizado en la Historia del Arte durante mucho tiempo ha quedado superado por la investigación desde mediados del siglo XX.
Relieves Protorrenacimiento Salamanca
Reivindico la fecha de una obra porque nos permite situarla en su contexto histórico. No podemos observar una obra de arte desde nuestra perspectiva de ciudadanos del siglo XXI, como si nuestro mundo fuera inmutable y todo fuera igual a como lo vemos hoy.
El problema del Protorrenacimiento español durante mucho tiempo fue que lo descontextualizaron de su época, lo consideraron al margen de los movimientos y las circunstancias que se estaban produciendo en Europa.
El periodo concreto del Protorrenacimiento español mal llamado Plateresco se encuadra entre 1490 y 1560. Estos años de finales del siglo XV y primera mitad del siglo XVI era una época de grandes cambios en Europa en todos los sentidos y España no permaneció al margen de todas estas influencias. España no creó un arte típicamente Ibérico enraizado en el arte hispanoflamenco y mudéjar -con connotaciones despectivas- como se ha defendido durante mucho tiempo.
En esta etapa en Italia ya estaban avanzando hacia el Manierismo, superando el clasicismo del Renacimiento. Destacaré dos acontecimientos de este periodo que son fundamentales: uno fue el descubrimiento de la Domus Aurea en 1480, el antiguo palacio de Nerón enterrado durante siglos; el descubrimiento de los frescos en las paredes de este palacio llevó a los artistas a denominar a estas pinturas Grotte (cuevas) por alusión a las grutas subterráneas del palacio de Nerón del siglo I d.C.
La otra fecha destacada es el Sacco de Roma en 1527 (Saqueo de Roma) donde España tiene un protagonismo fundamental con Carlos V a la cabeza, y supondrá el hundimiento de la economía italiana en la primera mitad del siglo XVI: cambia el terreno artístico y se produce una ruptura con el orden y proporciones del Renacimiento clásico.
Domus Aurea Palacio Nerón Roma
En la Italia del comienzo del Manierismo tenemos artistas que entran en contacto con la Domus Aurea y reproducen esas pinturas grutescas en sus frescos, pero vamos a destacar a Rafael Sanzio en su obra de la Logias Vaticanas. La descomposición de las formas en la decoración de los grutescos es una característica del Manierismo italiano que se aleja paulatinamente del orden clásico del Renacimiento.
Logias Rafael Museos Vaticanos, Public domain, via Wikimedia Commons
A partir del uso de estos grutescos por parte de Rafael en la Logias Vaticana estas decoraciones tuvieron un éxito extraordinario convirtiéndose en elementos indispensables en la decoración tanto profana como religiosa. Esta decoración grutesca se extiende por Lombardia y Véneto y desde el norte de Italia a: Francia, Flandes, Alemania y España, teniendo un carácter paneuropeo.
La expansión de esta decoración grutesca se vio favorecida por los dibujos que tomaron los artistas, que visitaron las grutas de lo que era en el siglo XV la Domus Aurea.
Las vías por las que entran los grutescos a la Península Ibérica son tres:
- En primer lugar, llegan a España artistas franceses e italianos de la zona de Lombardia, que traen este arte y lo desarrollan aquí,
- En segundo lugar, maestros españoles que van a Italia y aprenden en los talleres las nuevas formas decorativas,
- Y por último, los dibujos y grabados que desde Italia se extienden por Europa llegando a España a comienzos del siglo XVI.
Podemos comprobar que este Primer Renacimiento español no es exclusivo de la Península Ibérica y no tiene ninguna relación con el trabajo de las filigranas, de los plateros, como se ha defendido siempre.
La característica principal de este arte es que la decoración grutesca se hace subsidiaria de la arquitectura, se mantienen las formas arquitectónicas del Gótico y los grutescos cubren fustes de columnas, pilastras, arquivoltas, frisos, hasta llegar a cubrir toda la fachada. El ejemplo más significativo es la Fachada Rica de la Universidad de Salamanca.
Fachada Rica Universidad Salamanca
La decoración grutesca española no es un simple ornato caprichoso, sino que en él se mezclan temas mitológicos con escenas o personajes bíblicos, el grutesco español adquiere un carácter moralizante y triunfal en las fachadas. Una diferencia con otras zonas de Europa es que este arte perdura más tiempo en España, se vio influenciado por el carácter tradicional de la arquitectura Gótica en la Península Ibérica, que se mantuvo por más tiempo con esta decoración Renacentista.
Por Carmen Vaquero, Licenciada en Historia del Arte, Intérprete del Patrimonio.