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Mitología en la representación artística

La evolución de la Mitología en la representación Artística

El origen de la Mitología en la representación artística parece surgir en el entorno de los pueblos griegos, con las esculturas de sus dioses y semidioses locales. Ya se había gestado en la época del neolítico basada sobre todo en el símbolo de la abundancia de la Tierra, como emblema fundamental de la vida. Este símbolo de la madre Tierra se trabaja desde la Antigüedad

En el Periodo Arcaico Griego la representación artística se enriquece con el pensamiento de que los dioses son elementos de la naturaleza, pero con cualidades humanas; por ejemplo, Poseidón se personifica con el agua. En el siglo VII a. C. aparecen las primeras esculturas de dioses reservadas al objeto de culto. Estas esculturas de dioses mitológicos adquieren tal importancia que casi desaparecen las representaciones artísticas de la vida cotidiana.

En la etapa Helenística griega se multiplican los intercambios culturales por todo el Mediterráneo y con ello surge una unión de los dioses griegos, egipcios y asiáticos.

En la etapa del Imperio Romano en un primer momento los autores se centran en reproducir lo que les llega del mundo griego, pero consiguen mantener los retratos realistas que los caracteriza y los diferencia. A partir de aquí fusionan sus representaciones realistas absorbiendo al mismo tiempo la mitología griega y representando esculturas de dioses, retratos y hazañas de emperadores.

En el arte romano la religión y la mitología siguen siendo la representación más destacada y abundante hasta la época de Constantino en el 312 d. C., el emperador concede al cristianismo el protagonismo de religión oficial. A lo largo del siglo IV d. C. el poder central elimina el paganismo y los viejos dioses pasan a la clandestinidad. En el mundo del arte se habla de olvido de los antiguos dioses e intento de reinterpretación de la cultura clásica. En el siglo V d. C., el culto a los dioses ha desaparecido y solo se admiten las representaciones mitológicas que han perdido su carácter sagrado como son los dioses-ríos, el Cielo, la Tierra y los dioses-planetas.

Entre los siglos VIII y XII, la Alta Edad Media, es el periodo más oscuro en cuanto a la representación artística de la mitología clásica. Se pierden por completo las referencias para poder identificar a los dioses clásicos que ahora se quedan apartados en el campo de la literatura. En el periodo Románico del siglo XII solo vemos ciertas representaciones aisladas que llaman la atención sobre todo por su rareza. En el Gótico del siglo XIII y el XIV se produce un cambio respecto a la situación anterior, lo que caracteriza a este periodo es la gran imaginación de los miniaturistas para representar las figuras y mitos de la Antigüedad sin apartarse del estilo gótico y las vestimentas de la época.

Cuando en Europa se desarrollaba la Baja Edad Media en Italia aparecía lo que llamamos el Renacimiento: hace referencia al periodo que abarca desde finales del siglo XIII hasta el siglo XVI.

En torno a 1300 los artistas de Pisa se acercan a las representaciones de los sarcófagos romanos expuestos en el Camposanto de Pisa. Recuperaron ese estilo, aunque no comprendieron el significado de las escenas de estos sarcófagos. Entre los siglos XIV y XV se extendió por Italia este estilo que recuperaba la tradición clásica, trasladando a sus esculturas y pinturas bíblicas las proporciones y anatomías de las obras de la Grecia y Roma Clásicas.

Camposanto Pisa

Camposanto Pisa

A finales del XV y principios del XVI los grandes artistas como Miguel Ángel o Rafael tuvieron la necesidad de buscar unos nuevos modos de expresión y con ello hablamos de lo que se denomina Manierismo, este término está ligado a los artistas que buscaron una libertad técnica y estilística de trabajar. El Manierismo surgió según algunos autores como una reacción de los artistas a transgredir las formulas del Renacimiento, abandono de la frontalidad y la búsqueda de representar las esculturas con distintos puntos de vista. Estas son las características visibles del Manierismo como representación, en cuento a los temas vemos como la sociedad influye notablemente en los artistas. En un contexto monárquico y aristocrático la mitología y el arte antiguo de Grecia y Roma ponían de manifiesto la propaganda que los gobernantes y comitentes querían trasmitir en las obras.

Dioses y héroes podían declarar a la vista pública ideas concretas y mostrar los modelos que los gobernantes pretendían divulgar.

Benvenuto Cellini

Escultor plenamente Manierista es Benvenuto Cellini, con la obra Perseo (1545-1554), de la Loggia Lanzi en la Plaza de la Signoria de Florencia.

Cellini como artista significativo del Manierismo con su obra Perseo con la Cabeza de Medusa convierte la mitología en protagonista política al servicio de Cosme I de Medici. En la Florencia del siglo XVI Cosme I organiza la obra artística de sus escultores, poniéndolos al servicio de la propaganda de su gobierno; Cosme I fue elegido Duque de Florencia en 1537. Perseo representa el triunfo político de Cosme I.

Elegir el tema de Perseo para ser colocado en la Loggia Lanzzi, muy visible para los Florentinos de la época, no fue una elección casual. Se debió a todas las referencias mitológicas del Héroe Perseo, relacionadas con la mirada y el poder. A Perseo se le atribuye el haber decapitado a la Gorgona Medusa, mujer de cabellos con serpientes que solidificaba a todo aquel que se atreviera a mirarla. La Medusa en la mitología cumple el rol de la mirada, la conexión de ver y ser visto.

Perseo Loggia Lanzzi, Florencia

Perseo Loggia Lanzzi, Florencia

La cabeza cortada de Medusa sigue teniendo poder de petrificar a quien la mire y Perseo la utiliza para librarse de sus enemigos. Cosme I envía una señal inequívoca a todos aquellos enemigos que estaba en contra de su gobierno y a favor de la República.

Otro poder que encontramos en Perseo es la invisibilidad: para conseguir decapitar a Medusa, Perseo lleva consigo el casco de la invisibilidad que le prestan las Ninfas, consigue ocultarse y actuar sin ser visto. Cosme I intenta demostrar a los Florentinos de su época que ocupa una posición superior y ellos están sujetos a actuar bajo su mirada y control.

A lo largo de la historia el mito de Perseo es muy fácil de reconocer por todos sus atributos, pero sobre todo por la cabeza de Medusa que es representado con ella desde la Antigüedad, pero en el Renacimiento es cuando recupera toda su fuerza reivindicativa.

Medusa como representación individual se fue olvidando en la Edad Media pero se recupera en el Renacimiento a través de figuras aparecidas en los sarcófagos romanos.

Por Carmen Vaquero, Licenciada en Historia del Arte, Intérprete del Patrimonio.